El 26 de Noviembre de 1820 Pablo Morillo en representación de la Corona Española y Simón Bolívar en su carácter de Presidente de Colombia ratifican el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra (Armisticio de Trujillo), Morillo firmo en su cuartel general de Carache y Bolívar en su cuartel general de Trujillo. Mediante estos tratados quedaba oficialmente derogada la guerra a muerte, se acordaba una tregua de seis meses además de constituir de facto un reconocimiento del estado colombiano. En ambos bandos se notaba ya gran desgaste, debido a la lucha que duraba desde 1810, en la que tanto patriotas como realistas se batieron con ardor y valentía y en muchos casos cayeron en excesos. Por más que se pregonaba el cese de la guerra a muerte, la matanza continuaba, aunque no con la intensidad de los años 1813-1816. Se imponía, pues, una tregua para el descanso y también para humanizar la contienda.
Los comisionados que concluyeron los tratados fueron: de parte de Morillo, Juan Rodríguez del Toro, alcalde primero de Caracas; brigadier Ramón Correa, jefe superior político de Venezuela, y Francisco González de Linares, comerciante muy ligado al régimen de la Corona. De parte de Bolívar: general Antonio José de Sucre, coronel Pedro Briceño Méndez y teniente coronel José Gabriel Pérez. Por ese tratado se obligan los estados signatarios a combatir como pueblos civilizados; evitar el exterminio a que se ha llegado hasta el momento; el respeto para los prisioneros de guerra de acuerdo con su grado, hasta tanto se efectúe el canje; entre otras consideraciones. Este tratado sirvio para que ambos bandos prepararan la estrategia para el combate decisivo que se daría en la Batalla de Carabobo de Junio de 1821.
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